Fue en los últimos veinte años cuando los países
desarrollados llegaron a comprender que una vía de comunicación terrestre
constituía uno de los depredadores más grandes al ambiente fabricados por el
genio humano; de hecho, en los libros clásicos de estudios y proyectos de
carreteras no aparece por ninguna parte el impacto que causan ni mucho menos
las medidas correctivas para llevarlo a niveles de tolerancia con las variables
ambientales.
En Latinoamérica viene introduciéndose apenas en los últimos siete
u ocho años gracias a las imposiciones de parte de los organismos crediticios
multilaterales como el Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento y el
Banco Interamericano de Desarrollo, como parte de los requisitos indispensables
a cumplir para acceder a los créditos para la construcción o rehabilitación de
vías.
Los países más adelantados en la materia en nuestra región son
Brasil, Colombia y México y detrás de ellos Perú, Venezuela, Uruguay y
Argentina.
Por tratarse de una cinta vial que puede tener desde pocos metros
hasta cientos de kilómetros, produce inexorablemente un efecto barrera para la
libre interactuación de las variables ambientales que hacen vida en su zona de
influencia. Veamos varios ejemplos con algunas variables dentro de la realidad
de nuestro país:
En el ambiente de montaña una carretera se construye mediante los
denominados cortes en ladera, media ladera y relleno. Los cortes tienden a
interrumpir los drenajes superficiales y subsuperficiales, produciendo
alteraciones al diseño hídrico modelado por la naturaleza durante millones de
años. Esa interrupción conduce a desbalances en las áreas de infiltración, red
de circulación externa e interna y manantiales. Los rellenos o terraplenes que
se construyen para mantener una rasante cada vez que se afecta un curso de agua
conducen hacia el efecto dique o barrera de los drenajes superficiales que a la
larga terminan produciendo las denominadas fallas de borde de la calzada, las
cuales a su vez, impactan las variables suelo, vegetación, micro flora y micro
fauna. El uso indiscriminado de explosivos resulta en un fracturamiento
desordenado de las rocas con deslizamientos casi permanentes durante por lo
menos los próximos diez años. La mayoría de las carreteras andinas identifican
esos problemas.
En un ambiente de llano donde la red de drenaje superficial es muy
densa, el efecto barrera es aun más acentuado, conduciendo a la formación de
gigantescas lagunas aguas arriba de la carretera dique que obligatoriamente se
requiere diseñar para garantizar la transitabilidad todo el año. Los
ecosistemas sufren alteraciones negativas dentro de sus componentes; por
ejemplo, aumenta desproporcionadamente la población de peces caribe o pirañas,
altos depredadores del resto de especies que interactúan con las demás
variables.
Las especies vegetales autóctonas de gramíneas y chaparrales
resultan inundadas y hasta diezmadas después de cambios biológicos a lo largo
de los años para el establecimiento de un estado clímax con las demás
variables. Todas las carreteras de los Llanos Occidentales diseñadas
perpendicularmente a la orientación NW-SE de la red de drenaje contienen estos
problemas.
En los ambientes litorales también se producen los efectos barreras
con el agravante de que se le ponen obstáculos a la movilidad establecida por
la capa freática entre los suelos, rocas y mareas, de allí que el equilibrio
logrado entre aguas dulces y aguas saladas, tan imprescindible para la vida de
los manglares se ve alterado con pérdidas de colonias enteras como ocurrió con
la denominada carretera de la costa atlántica en la vecina Colombia. Por
capilaridad el agua freática logra saturar las bases de los terraplenes en la
estación de lluvias conduciendo a cambios y deformación del cuerpo del
terraplén. Estos fenómenos hacen colapsar las alcantarillas, cunetas y
brocales, complicando aun más la distorsión del diseño de la red de drenaje.
Este fenómeno es muy común en la carretera Chacopata-Araya del estado Sucre.
En ambientes de selva las variables vegetación y fauna resultan las
más afectadas; de hecho, debe realizarse deforestación en un ancho mayor al
estipulado normalmente dado el ambiente biótico altamente positivo reinante en
nuestras selvas que repercute en un repoblamiento rápido en las franjas
deforestadas. La riqueza animal se ve afectada porque esta vez el efecto
barrera impide la reproducción, la toma de agua y hasta la misma alimentación.
Como todos sabemos, los animales también crean costumbres en cuanto a sitios y
corredores para la sexualidad, alimentación, descanso y hasta para su
esparcimiento. Un buen ejemplo de este caso lo tenemos en la carretera
Bochinche-La Lancha-La Margarita entre los estados Bolívar y Delta Amacuro.
Sirvan estos ejemplos genéricos para que terminemos de entender que
en el campo de las carreteras hay mucho trabajo por hacer para que esas
imprescindibles vías de comunicación y las variables ambientales con las que
interactuamos logren un equilibrio armonioso en aras de preservar la calidad de
vida y la salud del planeta Tierra..
Fundación
la era ecológica
Revista
La Era Ecológica #4
"Una
Visión Alternativa en Comunicación Ambiental"
* Geomorfólogo; carmarc@ cantv.net
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